Cuando los primeros rayos del sol asoman los vecinos comienzan sus trabajos. Un ir y venir de gente por las calles anuncia que la hora del descanso ha finalizado. Camiones, coches, furgonetas... recorren apresurados unas calles con años de historia. Calles que fueron pisadas por emperadores y también esclavos.
El cardo maximus y el decumanus maximus, las principales calles romanas, albergan hoy el principal centro comercial de la ciudad. Siglos atrás configuraban el acceso y salida de Emérita. Hoy, cientos de personas caminan por las losas para hacer sus compras, muchos desconocen que atraviesan la principal vía de comunicación de la capital de Lusitania.
El caminante que acuda a Mérida tiene toda la historia de la ciudad a su alcance. No necesita coche, no depende del autobus. Basta un paseo para poder transladarse cientos de años atrás. En el mismo centro de la ciudad se encuentra el Templo de Diana, una majestuosa construcción dedicada a la diosa del mismo nombre que hoy se conserva en todo su esplendor. Las noches de verano el templo alberga representaciones teatrales que cientos de turistas acuden a ver todos los años.
Y es que las artes escénicas estaban muy presentes en Emérita Augusta. Lo estaban y siguen estando. El teatro se ha convertido en una de las señas de identidad de la capital extremeña. Los meses de julio y agosto se celebra el Festival de Teatro Clásico donde se representan diversas obras en un escenario único: el Teatro Romano. Las columnas, frisos y estatuas hacen que no se necesite más decorado que el que ofrece el propio teatro.
También en el centro de la ciudad y al lado del Teatro se construyó el Anfiteatro. Un recinto que sirvió para cobijar las luchas de gladiadores y fieras. Ahora las peleas han dejado pasado a representaciones teatrales.
Paseo virtual por la ciudad romana
Pasear por la ciudad es un regalo para la vista. Las riberas del Guadiana son el camino perfecto para contemplar el Puente Romano, el Acueducto de los Milagros o Alcazaba Árabe. Cualquier rincón de la ciudad huele a historia: el Arco Trajano, el Foro Romano, las Termas Romanas, el Circo Romano… Todo en esta ciudad tiene que ver con el Imperio.
Monumentos de la época romana conviven con los más modernos y funcionales como el Palacio de Congresos o la Biblioteca del Estado, situados en uno de los márgenes del Guadiana. Este río que atraviesa y divide la ciudad se ha convertido en un importante lugar de ocio. Sus márgenes se han utilizado para la construcción de diversas pistas deportivas y en sus aguas navegan piragüistas.
Si el caminante aún tiene ganas de seguir conociendo más detalles de la cultura romana podrá hacerlo en el Museo Nacional de Arte Romano, situado junto al Teatro, en pleno centro de Mérida. Una calle repleta de bares donde podrá degustar los típicos productos extremeños a la vez que se empapa de la cultura de los romanos.
Cuando el sol comienza a ponerse la actividad continúa en la capital lusitana. Pubs, restaurantes, teatros, cafés… Un sin fin de actividades que hacen que el caminante no se aburra en ningún momento. Para aquellos a los que aún les sobren fuerzas pueden hacerse una escapada por el Parque Natural de Cornalvo. Y para los más aventureros siempre queda darse una vuelta por los pueblos de la comarca y seguir conocimiento algunos aspectos de una comunidad, Extremadura, aún por explorar.
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La Ruta del Caminante
Isabel Barrena Ceborro
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