viernes, 7 de noviembre de 2008

Trujillo, cruce de caminos y tierra de conquistadores


A poco menos de 90 kilómetros de la capital extremeña, Mérida, se sitúa la ciudad de Trujillo en la provincia de Cáceres. Cuando se recorre la autovía que comunica Madrid con Extremadura se puede observar esta localidad levantada sobre un berrocal de granito rodeado de encinas y canchales. El alto se denomina “Cabezo de Zorro” y dicen que se eligió este emplazamiento para vigilar y dominar los límites entre el Tajo y el Guadiana.

Y es que Trujillo es una encrucijada, un cruce de caminos. Está a poco menos de 50 kilómetros de Cáceres, en una hora en coche se puede viajar a Guadalupe, otra bella ciudad Extremeña, a unos 80 kilómetros de Plasencia y a otros tantos de otra gran ciudad de la comunidad, Navalmoral de la Mata.

Al dejar la autovía y adentrarse en la ciudad a la imagen vienen enseguida los recuerdos de una época medieval. Piedras y muros con historia esperando ser descubierta. Una auténtica ciudad medieval se abre a los pasos de El Caminante. Esta ciudad tiene un vasto patrimonio cultural y artístico. Desde lo lejos se puede ver su impresionante castillo, levantado tiempo atrás para vigilar y defender la ciudad.

El peso de la Edad Media, y por ende, de la Religión fue muy grande en esta localidad extremeña. Prueba de ello son las numerosas iglesias entre las que se encuentran la de Santiago, la de San Martín, la de Santa María la Mayor o la de San Francisco. Pero la otra clase predominante en el Medievo, la nobleza, también dejó su impronta en la ciudad. Numerosos palacios se edificaron en Trujillo, unos recintos que hoy están abiertos al público para ser visitados. Entre ellos el palacio de los Duques de San Carlos, el del Marquesado de Piedras Albas o el palacio de Chaves.
Y es que la historia ha dejado en Trujillo una fuerte presencia de monumentos de la Edad Media pero también ha hecho que florezcan museos como el de la Coria el del Traje o el del Queso y el Vino, una parada obligada para que El Caminante pueda degustar los productos típicos de Extremadura y la comarca trujillana.

En Trujillo también nacieron personajes famosos que han aportado mucho a la historia. El conquistador de Perú, Francisco Pizarro, es un ilustre trujillano. Su estatua se levanta en la Plaza Mayor, en el centro de la ciudad. También Francisco de Orellana, quien intervino en la conquista de América, nació en Trujillo. Para recorrer los pasos de Pizarro El Caminante puede visitar la Casa-museo de Pizarro, situada en la ciudad.

Para finalizar la visita a Trujillo nada más apetecible que recorrer caminando el recinto amurallado y seguir hasta el centro de la ciudad, hasta la Plaza Mayor para disfrutar de la gastronomía extremeña y de la simpatía de sus gentes.


Información adicional

La ruta de El Caminante










Para saber más sobre Trujillo

Isabel Barrena Ceborro

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