Ciudad de templarios y peregrinos, la pequeña ciudad de Ponferrada esconde entre sus calles muchas leyendas e historias de otra época. Capital de la Comarca de El Bierzo en León, está situada en la confluencia de los ríos Sil y Boeza. Su famoso y popular castillo se puede ver desde todos los puntos de esta preciosa villa. Rodeada de campos de viñas, Ponferrada huele al buen vino y sabe al delicioso manjar de la zona, el botillo. El caminante se traslada hasta estas tierras del medievo que el Camino de Santiago atraviesa.
Ponferrada se ha transformado en los últimos años. Su aspecto ha cambiado para ser ahora una preciosa ciudad del Bierzo. Si nos remontamos a hace 50 años, la ciudad mostraba un aspecto muy distinto: desarreglada, rodeada de industria, minas y comercio. El castillo de los templarios que reina el lugar se encontraba deshabitado, abandonado. Sus calles sucias y grises no transmitían nada parecido a lo que irradian en la actualidad. Hoy en día, Ponferrada cuenta con una población superior a los 66.824 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Se encuentra modernizada, conectada, rehabilitada. Es digna de que el caminante la visite y cuente lo que allí se encuentra.
Nuestro viajero partirá del Castillo de Ponferrada ya que es, sin duda, el monumento más importante. En realidad, este castillo abarcaba todo lo que era la ciudad en la Edad Media. Conocido popularmente como el "castillo de los templarios", es un lugar magnífico para pasar un rato agradable entre leyendas y cuentos. Su historia se remonta al año 1178 cuando Fernando II de León permite a los templarios establecer una encomienda en Ponferrada, la primera fortificación se documenta así en 1187. Tras serias disputas con la Orden del Temple, Alfonso IX hace las paces y dona la villa a los temidos templarios. Con Fernando IV en el trono, se produce el juicio en tierras francesas contra la orden lo que ocasionó la disolución. Para evitar la confiscación de Ponferrada, se entregó al infante don Felipe. El castillo ha sido, por tanto, testigo del nacimiento y de la trayectoria de la hermosa ciudad.
Si el trayecto ha abierto el apetito, es momento de probar el tradicional botillo. Se trata de un producto cárnico elaborado con piezas troceadas procedentes del despiece del cerdo, condimentadas y embutidas en el ciego del cerdo que luego es ahumado y semicurado. Es típico en todo el Bierzo y se suele acompañar de repollo y patata, y por supuesto, un buen vino del lugar como un Godello o Tinto Mencía. De postre unas castañas en almibar dejaran al caminante satisfecho.
Ponferrada no es solo Ponferrada, sino toda la comarca que le acompaña. Pero eso, será para otro viaje. Habrá que coger aliento.
- Dudas: Ponferrada virtual
- Más información: Turismo del Bierzo
- Para dormir: Alojamientos en Ponferrada
La ruta del caminante
Irene Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario